Jacala conmemora los 400 años de su iglesia patronal, construida en 1625, consolidando este evento como una fecha histórica que rinde homenaje al legado espiritual y arquitectónico del pueblo.
Pachuca de Soto, Hgo.- El municipio de Jacala de Ledezma, enclavado en la majestuosa Sierra Gorda del estado de Hidalgo, se prepara para celebrar del 4 al 11 de septiembre su tradicional Feria Patronal en honor a San Nicolás Tolentino.
Este año, la celebración adquiere un significado especial, ya que se conmemoran 400 años de la fundación de la Iglesia de San Nicolás Tolentino, una emblemática construcción erigida en 1625 que, con el paso de los siglos, se ha convertido en un símbolo de fe, tradición y orgullo para todos los jacalenses.
Durante estos días, los visitantes podrán disfrutar de una amplia gama de actividades culturales, deportivas y religiosas que reflejan el alma y la identidad de Jacala.
La feria contará con una destacada muestra gastronómica, en la que el ingrediente estrella será el cacahuate, producto típico de la región que forma parte esencial de numerosos platillos locales.
Entre los eventos más esperados se encuentran el certamen para elegir a la reina de la feria, el baile de inauguración con la presentación del trío “Halcón Huasteco”, el torneo de basquetbol, los tradicionales juegos como la rayuela, así como espectáculos de danza folklórica y un emotivo concurso de la canción.
Como cada año, no podrán faltar las tradicionales mañanitas en honor a San Nicolás Tolentino, la cabalgata que recorrerá los caminos del municipio, el esperado jaripeo y muchas otras sorpresas preparadas para celebrar con entusiasmo esta fecha tan especial.
En el plano religioso, Jacala reafirma su papel dentro del turismo de fe en el estado de Hidalgo. El punto culminante será la misa concelebrada en honor a San Nicolás Tolentino, la cual será presidida por el Obispo Juan Pedro Meléndez, acompañado de los sacerdotes que han servido en la parroquia a lo largo de los años.
Posteriormente, se llevará a cabo una solemne procesión con la imagen del santo por las principales calles del pueblo, en un acto de profunda devoción y unidad comunitaria.
Esta feria no solo representa una celebración patronal, sino un momento de encuentro con la historia, con las raíces culturales y con el espíritu de una comunidad que, a lo largo de cuatro siglos, ha sabido mantener viva su fe y sus tradiciones.